El uso no vigilado del misoprostol y la mifepristona como método abortivo, es un riesgo sanitario en potencia.

En la Ciudad de México, la Secretaría de Salud capitalina reporta que, entre abril de 2007 – año en que se despenalizó el aborto – y diciembre de 2022, practicó 257,072 abortos por medio de alguno de los tres métodos disponibles para este procedimiento.