Incidencia y reincidencia del aborto en la Ciudad de México
A partir de la despenalización del aborto en la CDMX (abril de 2007), se habían realizado 270,226 abortos, al cierre del 2023.
Durante el 2023 se realizaron 13,742 abortos, según las cifras de la Secretaría de Salud capitalina.
270,226 abortos de abril de 2007 al cierre de 2023
13,742 abortos en 2023
Sin embargo, se desconoce con exactitud la incidencia del aborto en la Ciudad de México, pues las cifras que se informan solo corresponden al programa ILE. Es decir, los abortos realizados en la práctica privada se desconocen.
En este sentido, se ha observado que en algunos años una sola organización privada ha realizado más abortos que los que se llevan a cabo en todos los hospitales de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México. Las clínicas Marie Stopes realizaron 24,985 abortos en 2013, 51 mil en 2014 y 22 mil en 2015, todos ellos en la Ciudad de México. Todos los hospitales juntos de la Secretaría de Salud sumaron 20,765 en 2013, 20,559 en 2014 y 18,851 en 2015 (Pérez et. al, 2017).
Comparativa de aborto en la Ciudad de México
2013
Clínicas Marie Stopes
Hospitales de la Secretaría de Salud
2014
Clínicas Marie Stopes
Hospitales de la Secretaría de Salud
2015
Clínicas Marie Stopes
Hospitales de la Secretaría de Salud
Según los datos de la Secretaría de Salud (2023), en el programa ILE, respecto al grado educativo, el 73% de las mujeres reportaron que contaban solo con el grado de secundaria o preparatoria. Asimismo, el 45.4% de las mujeres que abortaron tenían entre 18 a 24 años (122,814) y el 5.1% (14,029 abortos) fueron realizados en niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años.
Se hace hincapié en prestar especial atención a las niñas y adolescentes cuando se aborda el tema del aborto, ya que la incidencia a edades tempranas plantea preocupaciones significativas por diversas razones, siendo una de ellas la reincidencia. Según varios estudios (Collier, 2009; McCall, Flett, Okpo, Bhattacharya, 2016), se ha señalado una alta probabilidad de que las mujeres que han experimentado un aborto durante su niñez o adolescencia tengan un segundo aborto.
De acuerdo con los registros del programa ILE y la información proporcionada por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, alrededor de 13 mil mujeres han recurrido a dos o más abortos en instituciones públicas.
La literatura científica respalda la noción de que todas las mujeres con antecedentes de aborto enfrentan un riesgo elevado de experimentar tanto un nuevo embarazo no esperado como otro aborto (Toprani, 2015).
Además, se ha observado que las dificultades económicas, la baja educación y la falta de uso de métodos de planificación familiar son factores cruciales que contribuyen a la reincidencia (McCall, Flett, Okpo, Bhattacharya, 2016; Maina, Mutua, Sidze, 2015). Se ha observado que, si bien la educación sobre métodos anticonceptivos y su provisión pueden tener un efecto inicial, no parecen ser suficientes para reducir de manera significativa la reincidencia (Scunmann, Glassier, 2006).
Un factor adicional que se ha asociado con la reincidencia es el historial de violencia física y sexual. Por lo tanto, examinar la reincidencia puede servir como un indicador importante para identificar posibles experiencias pasadas o actuales de violencia y abuso en las relaciones (Fisher et al., 2005).
Esto cobra mayor relevancia cuando se conoce que la Ciudad de México se encuentra a la cabeza de los reportes de violencia sexual durante la infancia y la adolescencia, junto con Estado de México, Veracruz, Jalisco y Puebla. En estos cinco estados se concentran 2 de cada 10 reportes de violencia sexual. En la Ciudad de México casi el 15% de las mujeres reportaron haber sufrido violencia sexual durante su infancia y adolescencia, porcentaje mayor que la media nacional (ENDIREH, 2021).
En vista del aumento en el número de mujeres que reinciden en la Ciudad de México, es esencial tomar medidas dirigidas a estas mujeres. La omisión de este fenómeno puede ocultar problemas graves que han sido identificados por la comunidad científica como la violencia sexual.
El gobierno de la Ciudad de México ha fallado en la creación de una estrategia integral, progresiva y medible para evitar que más mujeres se enfrenten a esta difícil situación. Lamentablemente, hasta la fecha, no se ha implementado ninguna estrategia o programa específico para prevenir la reincidencia, más allá de proporcionar anticoncepción después del aborto.
Mortalidad materna en la Ciudad de México
La despenalización del aborto no es una condición para la disminución de la mortalidad materna.
Se reconoce que, si bien ha tenido un importante descenso en los últimos años, no es un referente en la disminución con respecto al resto de entidades.
Desde 2002 al 2022, la RMM en la CDMX bajó un 52%. Sin embargo, estados como Morelos, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Querétaro y Aguascalientes tuvieron descensos visiblemente más significativos en el mismo periodo.
Llama la atención que, según información proporcionada por los Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México -con datos de la DGIS/DGE/SINAVE de la Secretaría de Salud-, en el 2022, la mayor cantidad de defunciones maternas con residencia en dicha entidad ocurrió en mujeres que no tenía alguna derechohabiencia. Es decir, mujeres que tenían una mayor vulnerabilidad al no poder acceder a la salud pública por medio de una prestación social.
Por otro lado, en el contexto de debates sobre despenalización del aborto donde se alude al impacto positivo en la mortalidad materna, se suele argumentar que la provisión de abortos por parte del Estado en entornos considerados “seguros” causará importantes disminuciones en esta problemática. Esta idea parte del entendido que los abortos en entornos “inseguros” son un factor relevante para el incremento de la mortalidad por haber sido mal practicados.
Sin embargo, hoy existe sobrada evidencia de que la despenalización del aborto no es una condición para la disminución de la mortalidad materna. Como se ha podido observar, diversas entidades federativas han alcanzado reducciones significativas de la RMM, sin hacer reformas en torno al aborto o impulsarlo como una política pública.
Por el contrario, las condiciones en las que se realizan miles de abortos en la CDMX siguen siendo desconocidas, por lo que se afirma que la política de aborto no acabó con la clandestinidad de esta práctica.
Asimismo, en dicha entidad no se ha demostrado la eficacia y pertinencia de esta política para reducir la mortalidad materna.
El listado de referencias puede consultarse en el informe “A 17 años de las políticas del fracaso: la despenalización del aborto en México”